Al leer este libro, mantenga abiertos su corazón y su mente. Cuando usted verdaderamente piense en las instrucciones que he escrito en este libro, creo que la manera que usted ve la alabanza y adoración transformara su vida. Confesión: el reconocimiento de nuestro pecado delante de Dios quien es nuestro creador. Dele a conocer quién es El para usted y por qué. Vemos a lo largo del Antiguo Testamento que confesiones fueron hechas delante de Dios. Esta oración de confesión es un ejemplo principal de los corazones puros que fueron delante del Señor. Daniel oro a Dios y confeso los pecados en la que su nación había participado. Para poder alabar y adorarle él tenía que hacer conocida su confesión respecto a Israel como nación. Daniel 9:4-5 declara 4Y ore al Señor mi Dios, he hice confesión, diciendo: Ahora Señor, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; 5 Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. Acción de gracias: darle gracias a Dios por lo que Él ha hecho, especialmente por Su creación y salvación. Agradeciéndole porque Él es Dios; porque Él era Dios; ¡y es Dios quien ha de venir! Adoración: alabarle a Él solo por quien es. Él es Dios y no hay nadie más como El. Salmo 150:1-6 Alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento. 2 Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. 4 Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. 5 Alabadle con címbalos y resonantes; alabadle con címbalos de júbilo. 6 Todo lo que respire alabe al Señor. Deuteronomio 26:19 19 A fin de exaltarte sobre todas las naciones que hizo, para loor, y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo al SENOR tu Dios, como él lo ha dicho. En la Biblia, especialmente en el Antiguo Testamento está lleno de formas de oración y alabanzas como lo son cantar, el tocar instrumentos musicales, danzar, el arrodillarse, inclinarse, levantar las manos, y más. Experiencias del corazón No solo es útil entender por qué y cómo adoramos a Dios, también nos ayuda a entender lo que pasa cuando adoramos a Dios. El comprender las siguientes fases es útil en nuestra experiencia con Dios. Tenga en cuenta que a medida que pasamos por estas fases nos dirigimos a un objetivo: lo cual es la intimidad con Dios. Yo defino la intimidad como perteneciendo a o revelando la naturaleza más profunda de uno a otro (en este caso a Dios), y está marcado por una estrecha asociación, presencia, y contacto. Describiré estas fases y como se aplican a la adoración corporativa, y pueden aplicarse tan fácilmente a nuestra adoración privada. 1. La primera fase es llamado a la adoración; esta es una invitación a adorar. Esto puede lograrse a través de la canción, 'Ven inclinémonos y adoremos'. O puede ser jubiloso, como a través de la canción. ¿No sabes que es hora de alabar al Señor?' La selección de las canciones para la llamada a la adoración es bastante importante, pues esto establece el tono de la reunión y dirige al pueblo hacia Dios. La adoración del domingo sube como a la cumbre de una ola. Todos estos pensamientos son reflejados en el llamado a la adoración. Lo ideal es que cada miembro de la congregación sea consiente de estas preocupaciones, y ore para que el tono apropiado se establezca en el llamado a la adoración. 2. La segunda fase es el compromiso, lo cual es una dinámica electrizante de esa conexión con Dios y uno al otro. Expresiones de amor, adoración, alabanza, júbilo, intercesión, petición – todas las dinámicas de la oración están entrelazadas con la adoración – sale del corazón. En la fase de compromiso la alabanza a Dios por quien Él es a través de la música al igual que la oración. Un individuo podrá tener momentos como estos en su adoración privada en casa, pero cuando la iglesia se une en un lugar la manifiesta presencia de Dios es más grande y multiplicada. Apreciando el amor de Dios hacia nosotros El estar en la presencia de Dios emociona nuestro corazón y nuestras mentes y queremos alabarle por todo lo que Él ha hecho, por como Él se ha movido a través de la historia, por Su carácter y sus atributos. La emoción entra a nuestro corazón cuando empezando a hacerle saber a El que le amamos y el gozo en nuestro corazón aumenta dentro de nosotros y nos hace que queramos exaltarlo. El corazón de adoración es el estar unidos a nuestro Creador y con la iglesia universal. Recuerde, la adoración ocurre continuamente en el cielo, y cuando nosotros adoramos nos estamos uniendo a lo que ya está pasando, a lo que se le llama la comunión de los santos. Esto trae alegría dentro de nuestros corazones sabiendo que estamos adorando con los ángeles del cielo. A menudo esta intimidad nos hace meditar, aun cuando estamos cantando, en nuestra relación con el Señor. Algunas veces recordamos las promesas que hemos hecho delante de nuestro Dios. Dios podrá traer a nuestra atención errores en nuestra vida o fracasos, así que la confesión de pecado es importante. Es posible que las lágrimas fluyan cuando nos damos cuenta de nuestra falta en contraste a su fidelidad; nuestras limitaciones a la luz de Sus posibilidades sin límites. Esta fase en la que hemos sido despertados a su presencia se le llama expresiones. La expresión física y emocional en la adoración puede resultar en danza y movimiento corporal. Esta es una respuesta apropiada a Dios si la iglesia está en ese pináculo. Es inapropiado si es forzado o si el enfoque es en la danza en vez de el verdadero jubilo en el Señor.
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